Reseña del Prof. Hugo Indart

El pañuelo del Mago                       Autor: Fernando Villalba

         La historia está centrada en un canillita – Victorino Duarte – que  debe enfrentar un futuro nada promisorio de acuerdo a las circunstancias de su origen. Un niño, nieto de negros esclavos, en la pobreza del conventillo, no puede pretender una vida muy llena de promesas. -“Nada es para nosotros – repetía Josefino Duarte, mi abuelo. (…) Niños que, como yo, habíamos pasado a ser mayores sin ser intermedios. No pudimos darnos el lujo de jugar. Trabajábamos desde que la memoria empezó a decirnos que algo estaba pasando.” 

         En un encuentro casual de los canillitas con Gardel y Razzano, el Cantor le regala su pañuelo a ese niño al que en algún momento se va a referir como “¡…el morocho Victorino, mi amigo de la prensa de Montevideo!” El pañuelo lo acompañará siempre y funcionará como una suerte de talismán que lo va a respaldar, apoyándolo y sosteniéndolo, en los momentos más tensos.

         Se viven en la novela sucesos que están grabados en la memoria montevideana, como la construcción del Estadio Centenario – con su “naguración” – o el pasaje del Graf Zeppelin. Y Gardel es en ese tiempo una presencia frecuente en Montevideo. La historia en torno al artista pone, además, en el primer plano que se merece a alguien que jugó un papel fundamental en la iconografía gardeliana: José Silva. “Viene el Mago a fotografiarse a fin de mes – anunció Silva –. (…) La inminencia de tener otra vez a Carlos Gardel expuesto a nuestras cámaras nos puso en actividad febril. Que la limpieza, la ropa, los mejores maquillajes. Discutíamos hasta el mínimo detalle aunque sabíamos perfectamente que a la hora de la verdad Silva improvisaría. Y Gardel se dejaría llevar.”      

         El autor recurre a nombres de clásicos tangos del repertorio gardeliano para designar varios capítulos de la novela. Cada nombre – en forma de ingeniosa sugerencia – concentra la idea que se va a desarrollar en ese tramo. Tomando solo un ejemplo, se puede acceder a la narración de la tradicional peregrinación del Camino de Santiago, precisamente en el capítulo “Caminito”.  Así se van recorriendo etapas a través de “Viejo rincón”, “Amores de estudiante”, “Desdén”, “Volver”, “Mano a mano”, “Mi noche triste”, entre otros. 

         Es una propuesta plenamente disfrutable por la intensa y azarosa historia que cuenta – en la que no falta el amor con sus desencuentros –, una prosa ágil y un inteligente y sensible planteo de los valores humanos.

                                                     Hugo Indart