Tías y tíos

Caetano Veloso pasó, días atrás, por Montevideo. Trajo un show: "Zii e Zie".
En la entrevista donde presenta el disco, dice tratarse de un título en italiano casi casual, sin vínculo evidente con la obra. Casi.

Pero en la falta de evidencia radica la sospecha. El arte adquiere dimensión cuanto más sugiere y menos dice: la gloria sin cabeza de la Victoria de Samotracia, la danza sin brazos de la Venus de Milo.
Lo escueto y perfecto del espectáculo de Caetano.
Acompañado por un trío de músicos con las hormonas en alerta máxima (bien podrían ser sus sobrinos), el joven bahiano de 66 años lanzó el hechizo bivalente que lo identifica: hace disfrutable y emocionante el espectáculo y pone el pensamiento a funcionar, en un intento placentero de desentrañar la información recibida.
El telón de fondo donde se proyectan imágenes de inusual belleza, consonantes y a veces disonantes con lo expuesto por la música es parte integrante del ambiente sugerente. También el objeto, tipo parapente, escenografía aerodinámica, iba mutando de cometa remontada por un niño de favela (de esos que llaman a los adultos de "Tío y tía") a una nave extraterrestre (donde Caetano se refugia en la canción "No identificado"), a una especie de construcción de Niemeyer, gracias al juego, nunca casual, de las luces.

Durante la canción más hipnótica, "A base de Guantánamo", se emiten imágenes de toda Cuba. Salta enseguida la duda,¿A qué "americanos" se refiere?

Todo nuevo y lo de siempre, diferente e igual: Un diario de Montevideo se desgranó en alabanzas. Otro en críticas.
Misión cumplida.
¡Valeu, tío! ¡Volte sempre!

Comentarios

Entradas populares de este blog