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Mostrando entradas de junio, 2012

Más niños. Más aire, resonancias de un Distinto

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Escribe Fernando Aguirre, M.A.C. Niemeyer es el uno; y como suele pasar con los grandes de verdad, no sólo en su oficio es crá; una vez, hace como diez años, estábamos en Río con unos colegas (habíamos ido a recibir un premio en una bienal de sao paulo y aprovechamos y seguimos de largo hasta la cidade maravillosa) y averiguamos la dirección de su estudio sin saber muy bien si el tipo seguía ejerciendo o si estaba vivo siquiera; era el penthouse de un edificio decó en plena rambla de copacabana; tocamos timbre y nos dijeron que no estaba, pero que podíamos subir; el ascensor te dejaba un piso antes del penth; qué raro! -pensé- este tipo tiene casi 100 años y sube todos los días un piso por escaleras? bueno, cuando llegamos nos enteramos que no sólo lo subía una vez al día, sino dos! porque al mediodía siempre bajaba a la playa a nadar un poco!!! así que nos hicieron pasar a una sala y en eso apareció, con el pelo mojado todavía... fue emocionante! teníamos al gran Niemeyer delante de

LOS NIÑOS Y EL AIRE

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La entrevista publicada por “El País Cultural” del primero de Junio, es un derroche de juventud por parte de Oscar Niemeyer, de ciento cuatro años. Dos frases del reportaje me provocaron frecuencias resonantes: “Envejecer es algo bastante asqueroso” “Cuando niño a menudo dibujaba en el aire”. Al leerlo me recordé  interpretando relatos inventados en las horas de siesta obligatoria. Desobedeciendo el sueño imperativo, ¿quién podía dormir con la brisa del mar zarandeando las ventanas?    ¡Teníamos cuatro, seis años a los sumo!   Nos quedábamos despiertos, mi hermana y yo, esperando el momento de salir para la playa, por aquellos tiempos tan limpia que ofrecía pesca, toninas y hasta, esporádicamente, ballenas. Vivíamos en pequeños apartamentos del Pocitos de antes, apenas un germinador del plantío de edificios que es hoy. ¡Teníamos todo por ver! Por hacer. El cansancio era un evento imposible. ¿La TV? Una caja negra marca “Admiral”. Un cañón de rayos. Enorme, gutural al encenderse. Co